Bajo el signo de abril,

con la piel a la intemperie

Escribo

Escribo porque es catártico, psicodrenante, disentérico, emético, liberador y sanador, me permite “mirar”. Lo terrenal está todo aquí y se “ve”…

Yo quiero “La Mira”

- La mujer de abril -

jueves, 24 de mayo de 2012

In The Twilight Zone


Dibujo de Tatiana Peña Arias


In The Twilight Zone



En el límite, en la delgada línea donde es imposible definir texturas, en el lugar de la realidad aparente, nos encontramos.
Se asoma al borde de mi espacio y tiempo y ya con certeza creo que de mi dimensión.

De hábitos nocturnos, a veces lo sorprende la alborada al bajar las escaleras tras de mí, cuando a punto de amanecer voy a la cocina por mi primer tazón de café.

Es El, es decir, lo siento masculino; especie de energía  juguetona que se escurre por las paredes atravesándolas, acuclillándose en los rincones como un resorte, cuando lo sorprendo a punto de decirme algo; otras veces debo detener mi marcha a secas para no atropellarlo, pues también le da por caminar delante de mí.

¿Quién es? poco importa. Al principio me asustaba cuando a la media noche mis ojos se abrían automáticamente en respuesta a la llamada de no sé quién, encontrándome con sus ojos aun sin ser físicos, al borde de mi cama, al escuchar su presencia en mi habitación, o al percibir cómo se esconde tras las puertas o las esquinas al girar bruscamente la cabeza buscándolo.

Tiene el don de la ubicuidad; me observa  desde el silencio, mientras espero a que me sorprenda, desde el techo o  debajo de la cama; cosas que puede hacer a la vez, con los ojos regados por toda la habitación. Lo siento afuera, adentro, en las paredes, en los oídos, las  retinas, aun sin verle, en el fondo de mi garganta, al final de mi respiración y hasta en el borde de mis palabras.

Hay noches en que no viene. No cruza la zona del crepúsculo aun sabiendo que lo espero de este lado, entonces lo extraño; cuando no aparece en la quietud de la madrugada, en el preciso momento en que la brisa nocturna se detiene y las hojas del roble y de la acacia en el jardín, susurran muy bajo y despacito y no alcanzo a escuchar lo que se dicen. En la hora del máximo yin, justo antes del amanecer, cuando todo se resume a una delgada y muy fina línea atemporal, donde se reorganizan los paralelos y meridianos del planeta y la galaxia rigurosa y disciplinadamente nos ubica, en un lugar más acá del más allá y se disuelve lentamente la magia en el primer rocío de la mañana…

Justo ahí nos encontramos; in the twilight zone




1 comentario:

  1. Donde las brujas y los magos, Chamanes y hechiceras, hadas y duendes...Donde la sabiduría, el amor, y la luz...
    ¿Donde si no?
    Me encanta- de encantamiento mi querida Emilia-

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Emilia Lee