Vuelve el Dragón,
- por amor liberado y ungido de besos del cielo -
a su jaula en las
profundas aguas,
luego de haber
volado el Nirvana,
luego de haber
acariciado el alba.
Coloca
de nuevo los pesados grillos
que encarcelan los sueños en su fría trampa,
execràndolo de la luz allá arriba,
con todos sus soles,
cometas y estrellas
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Emilia Lee