Mme Hérison: (E)
- Ya en la isla,
islada,
aislada,
en el límite, en la
frontera,
detrás o mas allá de los
bordes,
en el sentir de las
paradojas,
donde se conjugan los
antónimos
y se mimetizan y liman sus
asperezas
mis emociones encontradas.
Me respiro el salitre,
me bebo la sal,
el Sol me regala el color
Y escucho la guía del viento
Mme Corrosien (R)
- Y los parónimos también,
enjugan
conjugan
jugan,
juegan a la paz
la simpleza
la belleza anodina
de la semejanza que guarda
en su autenticidad,
el escondite perfecto
que nadie espera en lo
simple,
lo sencillo, lo común.
la magia, lo divino, lo
original.
Y así pasa,
sin que lo reconozcan.
es la revancha sutil
no de los antónimos, ni de
los parónimos,
sino de los ANONIMOS,
que un dia amanecen sentados
a la diestra
de lo que sea
para horror de la envidia
lechinosa.
Et a la ligne.
Mme Hérison: (E)
- Sigamos pues en esta orilla....
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Emilia Lee