El Alquimista tiene en los
ojos el techo del cielo
Cuando sonríe, su rostro es de
una anchura inalcanzable, horizonte infinito
El Alquimista tiene un
corazón que late de color verde,
y cuando habla, solo se
escucha el mar.
Él dice: “Al hablar dejo
todo abierto” y recuerdo el ideograma chino de boca: kǒu 口- Boca
entonces, él mira como las veletas interpretan la dirección
del viento que su boca sopla.
El Alquimista llega cargado
de “verbo de agua”,
es un Mago ( el Universo habla
por su boca )
y salen peces de colores,
de escamas brillantes que
titilan como chispas formando palabras,
haciendo cosquillas en los
tímpanos
acariciando el alma.
El Alquimista dice: “ Yo doy
sin esperar a que reciban”
Y el eco de su voz convierte
en flores la Luz
Y se cuelga la Luna allà
arriba
Y el amor se hace
consciencia
en la fricción
en la sal de los labios
en el sabor del aliento
en lo tangente de la forma,
Y conoce la Vida terrenal,
el Espíritu.
Es sentirse bendecido.
Se decretan el Juego
La Diversión
La Risa
Y el Color
Y todo se brinda y se dá
naturalmente
universalmente
Y nada se espera y todos
reciben.
Es un mago; ¿ya lo dije?
Lleva en su espalda un
zurrón de luces
con pinceles para acrisolar la escoria
-es la misión que Dios le
dió-
y él en la Alegría de Vivir
va haciendo lo que le toca.
El Alquimista tiene el don
de la ubicuidad,
Está en todos lados y en
ninguna parte
Es insondable
un misterio, un abismo,
un enigma
Pero Él está
Es un mago, ¿ lo dije antes?
Hace de los libros, árboles
y en las nervaduras de sus
hojas
se cuentan cuentos y se
viaja en gordas locomotoras
por serpenteantes caminos
revoloteando mariposas en la
panza.
Se camina descalzo y sin
ropas
por los lugares a donde él te
lleva de visita
En la orilla del mar del
Alquimista se “sonríe”,
se ”mira”, se “huele”, se
“acaricia”,
se “escucha” bajito, como
cuchichean y ríen en sus órbitas, las esferas
Vuelan pájaros y estrellas tomados
de la mano en el cielo
Se es feliz.
#Lamujerdeabril
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Emilia Lee