Llámame
beso en el fragor de la alborada
y
desataré entre los nudos de la noche
el
enigma de la luz de tu trastienda.
Llámame
hueso y te hablaré de Dios en la juntura
dime
músculo y te diré de la bilis su color,
sangre
y vestiré de rojo Emperador
negro
y el eco será la noche
Llámame
noche y en la quietud del silencio
te
cantaré del agua
y
de la expansión del yin al verde de la madera
en primavera
Llámame
sexo y se contraerá mi vientre
Y
los vientos silbarán conjuros
las
mareas lunáticas naufragarán tu barco
quedando
a la deriva inocencia y sensatez.
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Emilia Lee