En
la noche al cerrar los ojos
uno
duerme bajo la almohada
y
el otro se echa a andar los sueños
recogiendo
las visiones
de
lugares que aun no ví.
Los
oídos le acompañan
atentos
al sonido de las huellas
que
deja la Luna al pasar.
En
el jardín el Roble y el Almendrón
hablan
entre sus ramas
Y
la Acacia arrulla con mantras
a
las hormigas dormidas
bajo
las hojas del Nim.
En
lo alto de la Nada
Casiopea
salta la cuerda
entre
los hoyos de la Luna
Y
al verse reflejada
en
los lagos de su cara oculta pregunta:
¿Habré
de saltar siempre la cuerda sola?
El
cosmos se ruboriza
mientras
colorea su rostro
con
sutil polvo de estrellas.
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Emilia Lee